Mami, ¿qué es más importante: yo o tu trabajo?

Así un día preguntó Fátima, después de que suspendí nuestro partido de futbol, por contestar una llamada.
De inmediato contesté “por supuesto tú”; sin embargo, esa respuesta me llevó a reflexionar y pensar una vez más, que las palabras se las lleva el viento, que los hechos valen más que mil palabras y que he suspendido momento importante con ella, no porque así se me exija, sino porque así lo decidí, en ese afán de demostrar que como mujer puedo hacer varias cosas al mismo tiempo y que debo de cumplir con tareas extras a las de los hombres.
Después de algunos años y gracias al apoyo de mi amado esposo, me di cuenta de que no es así, que es importante poner límites y pedir ayuda. También me enseñó que todos en casa, al igual que en el trabajo, somos parte de un equipo y todos debemos de ayudar y participar activamente en todas las tareas.
Continuando con la idea de demostrar con hechos y no palabras, la importancia de Fátima en mi vida, es que surgió la idea de crear una ludoteca, para que de esta forma tanto ella como los hijos de mis compañeros de trabajo, se sintieran incluidos en nuestro espacio de trabajo.
Pensé que hoy era el momento de impulsar esta idea, no sólo por Fátima, sino por el hecho de que en la actualidad muchos de nuestros hijos aún son pequeños y la disfrutarían.
Una vez que surgió la idea, la comenté a mis Socios, a quienes solicité un espacio en la oficina y obviamente un presupuesto para equiparla. En el camino varias personas nos sumamos para donar objetos y nuestro tiempo para transformar lo que era una oficina, en un pequeño espacio, dedicado para nuestros hijos.
Hombres y Mujeres participamos, pues nos quedó claro que era un espacio no diseñado para Mamás, sino también para Papás. Este proyecto no fue pensado en las Mujeres, sino en el cuidado de nuestros hijos. Pensar que es un espacio en apoyo en las Mujeres, es pensar que sólo nosotras tenemos esa responsabilidad y no es así.
Mientras materializamos esta idea, recordé eventos anteriores en los que compañeros de trabajo acudían con sus hijos pequeños y la forma de jugar se reducía a dibujar en el escritorio o a correr en el pasillo, lo cual era en casos aburrido y en otros peligroso.
Con la ayuda de este espacio hemos logrado que nuestros hijos acudan con ánimo de acompañarnos, pues tienen un lugar especial, diseñado para ellos, en el que juegan, mientras trabajamos muy cerca de ellos y claro al pendiente de cualquier cosa que necesiten, pues físicamente se encuentra en el centro de nuestra oficina.
Es importante compartir que este proyecto, también nos permitió recibir un reconocimiento por parte de la Secretaría del Trabajo del Estado de Querétaro, la cual está fomentando este tipo de prácticas y a quienes también aprovecho para agradecer su apoyo.
Hoy en día, este lugar a cambiado mi dinámica de día y me ha permitido estar más tiempo con Fátima, pues substituí el trafico en llevarla a algún lugar en el que no estaríamos juntas, por tiempo que podemos compartir juntas en una oficina en la que se encuentra segura y a mi cuidado. También he suspendido varios días de tercer turno, por cualquier otro horario que juntas podamos compartir. Lo que comenzó como una idea que posiblemente funcionaría, resultó un éxito.
Seguramente en pocos años desaparecerá, pues ya los usuarios crecerán y muy probablemente ya no desearan estar tanto tiempo a nuestro lado; así que por el momento a disfrutarla; esperando lleguen nuevos usuarios y si no llegan, seguramente llegarán nuevas ideas que materializadas generen un cambio en nuestros espacios de trabajo y seguramente en nuestra vida.
*El contenido de este artículo es publicado bajo la responsabilidad de su autora y no necesariamente refleja la posición de Abogadas MX.