Cruzando Fronteras – desafíos y oportunidades en el ejercicio de la profesión legal en una jurisdicción extranjera
Muchas personas ejercen su profesión, ya sea en forma permanente o transitoria, en una jurisdicción distinta a la de su origen. En el mundo de hoy, esa realidad no se limita a quienes se mudan a otro país, sino que también abarca a quienes cruzan fronteras virtualmente al trabajar remoto para organizaciones o equipos globales. Habiendo vivido ambas experiencias, he aprendido de los desafíos y las oportunidades que ello trae aparejado y que aquí comparto, junto con algunos consejos. Ser conscientes de esos desafíos y oportunidades es clave para poder establecer una estrategia de desarrollo profesional, así como crear un perfil y marca propio.
Comunicación: Puede ser un área a trabajar, pero no un motivo para callar
La comunicación es una herramienta muy importante de la profesión legal, y parte de ejercer la profesión con excelencia es tener la destreza de comunicar eficazmente.
Uno de los desafíos de la comunicación puede ser el idioma. Dependiendo el contexto, esto puede ser más o menos importante para lidiar con cualquier prejuicio inconsciente de aquellos con quienes interactuamos. A diferencia de otras habilidades, hablar el idioma a la perfección como nativo de otro país (en la medida que no sea el mismo que el propio) no es algo que pueda aprenderse de un día para el otro. Sin embargo, sí es algo que puede trabajarse a consciencia para lograrlo. Ser conscientes de que es algo para trabajar, y al mismo tiempo no estar demasiado pendientes de ello de modo de inhibirse en la participación en reuniones u otro tipo de intercambios, es un balance delicado. Mantenerse callado allí donde hay una idea, una pregunta relevante, un argumento para hacer, nunca va a ser la estrategia correcta. La idea, la pregunta y el argumento agregarán valor, y por ende serán valorados. Si no se pudo articular a la perfección, no se pierde todo el mérito; al mantenernos callados, el mérito es directamente nulo.
La contracara de este desafío es que aquellos que lo enfrentan necesariamente tienen su propio idioma nativo. En aquellas organizaciones donde se puede dar uso a dicho idioma eso pasa a ser un activo diferenciador y se pueden buscar oportunidades para utilizarlo y aprovecharlo para agregar valor. Muchas veces el idioma propio será el mismo que el de un cliente, un testigo u otro, quienes no siempre dominarán el idioma extranjero, y permitirá entablar un vínculo con esas personas que facilitará la dinámica de trabajo de grupo.
El idioma no es el único factor en una comunicación eficaz. Tener el tono correcto, la cantidad de palabras justa y demás, también son muy importantes y un desafío para cualquier abogado joven sin importar su lengua madre. Por ejemplo, muchos ejecutivos dicen que no leen correos electrónicos que tienen un largo mayor al de la pantalla de su celular. Ese ejecutivo no se enterará del “spanglish” utilizado en el quinto párrafo de ese correo, pero seguramente se acordará de la frustración de recibir correos interminables. Esas son habilidades que pueden trabajarse independientemente del perfeccionamiento del idioma, y serán de igual importancia en el desarrollo profesional y el manejo de una comunicación eficaz.
Desarrollo de un perfil y marca profesional: Ser estratégicos
Construir y potenciar un perfil y marca profesional es parte del desarrollo de todo abogado, y un gran reto. Durante el recorrido en búsqueda de dicho perfil y marca profesional, quienes provienen de una jurisdicción extranjera se pueden encontrar con una incógnita – si apalancarse o no en ello, y en su caso, cómo hacerlo. Para aquellos que decidan hacerlo, probablemente lo mejor sea encontrar una organización que tenga operaciones internacionales en la que dicho perfil pueda lucirse y valorarse adecuadamente.
El primer paso es proponerse desarrollar intencionalmente dicho perfil y establecer una estrategia al respecto. Reconocer las debilidades y fortalezas propias será clave en diseñar dicha estrategia, y muchas personas son mejores en reconocer las primeras que las segundas – pero ambas son igual de importantes. Por ello, destaco que provenir del exterior puede ser una fortaleza en varios sentidos. Mucho se ha escrito respecto de la importancia y beneficios de la diversidad en el ambiente de trabajo. Quienes provienen de otro país aportan una diversa gama de vivencias, culturas y creencias, entre otros, que enriquecen los equipos que integran. Asimismo, pueden ser particularmente útiles para organizaciones con prácticas internacionales, ya que pueden utilizar los conocimientos sobre, y vivencias en, otras jurisdicciones para facilitar el entendimiento de realidades y problemáticas locales. En el mundo globalizado en el que vivimos, donde el ejercicio de la profesión cada vez más a menudo trasciende fronteras, contar con herramientas para construir puentes entre dichas fronteras es cada vez más relevante.
Un desafío que algunos profesionales pueden encontrar es ser encasillados en un perfil vinculado a la jurisdicción de origen, y por ejemplo, que ello resulte en solo ser asignado tareas circunscriptas a dicha jurisdicción o que requieran el uso del idioma propio. Con fines de trascender esas barreras, se puede buscar desarrollar un perfil regional (es decir, no vinculado a un país en concreto, sino a una región – como Latinoamérica). Asimismo, en caso de haber estado expuestos a una industria, tipo de litigio o transacción en forma reiterada en una jurisdicción en particular, los abogados pueden buscar volverse expertos en esa industria, tipo de litigio o transacción, y luego buscar oportunidades para exportar esa experiencia a otras jurisdicciones. En regiones como Latinoamérica, donde los países muchas veces atraviesan ciclos socio-económicos que luego se repiten en otros países, eso puede ser de particular utilidad. Por ejemplo, muchos países atraviesan etapas de auge en el levantamiento de capitales y luego etapas de crisis que requieren el manejo de pasivos, y la experiencia en el trabajo realizado en un país durante dicha etapa luego se puede trasladar a otro país cuando atraviese la misma etapa. Del mismo modo, la experiencia de privatización de un sector de la economía en un país, se puede trasladar a otro país que esté privatizando dicho sector en otro momento.
En este tema, como en cualquier otro que hace al desarrollo de un perfil y marca personal, es instrumental ser proactivos. Si bien muchas organizaciones invierten en el desarrollo de sus abogados jóvenes, nadie estará más focalizado en el desarrollo propio que uno mismo. Por ello, es recomendable manifestar interés en explorar tareas y jurisdicciones nuevas, hablar con colegas de distintos rangos para enterarse de oportunidades, y demás, de modo de ponerse en el radar de quienes asignan dichas tareas y tomar un rol activo en el desarrollo del perfil y marca propio.
Aprender y adaptarse a una nueva cultura de trabajo: Saber que no sos el único
Empezar un trabajo nuevo, o empezar a trabajar por primera vez, implica en la mayoría de los casos salir de la zona de confort. Uno de los desafíos es lograr entender y adaptarse a la cultura de trabajo en la nueva organización. En el caso de alguien que proviene del extranjero, esa tarea puede ser doblemente desafiante, ya que no se trata solo de una nueva cultura laboral, sino de una nueva cultura en su totalidad.
El recorrido de adaptación es muy personal y depende de muchos factores. Pueden haber pequeños obstáculos en lo cotidiano, como aprender el sentido del humor y la cultura popular para poder generar más fácilmente vínculos con colegas, u obstáculos más grandes, como generar una nueva red de contención en un nuevo entorno para encontrar apoyo en este desafío. En lo profesional, el cambio de jurisdicción puede representar un cambio de ritmo, hábitos, cambio de normas no escritas sobre lo que se espera de cada profesional y en la interacción con colegas y contrapartes, códigos de vestimenta y otros.
De una manera u otra, muchos colegas que no provienen de otra jurisdicción atraviesan o han atravesado el mismo desafío de adaptarse a una nueva cultura de trabajo. Por ejemplo, muchas personas que son “primera generación” manifiestan el desafío de insertarse por primera vez en el ambiente laboral, conocer las normas no escritas en los parámetros de conducta y dinámicas de las organizaciones. Ser conscientes de que otros colegas pueden estar atravesando lo mismo puede ayudar a combatir el sentimiento de aislamiento en el proceso de adaptación. Buscar aliados en pares o gente que está unos pasos más adelante en esa travesía también ayudará a quienes la emprendan. Muchas organizaciones implementan o fomentan buenos programas de los cuales se puede hacer uso – por ejemplo, encuentros o foros de profesionales en situaciones similares, programas de “mentoring,” grupos de afinidad, etc. De ahí que sea importante para alivianar el peso de quienes están atravesando este u otros desafíos que los ambientes de trabajo sean integradores y diversos, donde se aprecie la existencia de esta u otras dificultades en los profesionales que los integran, y se genere un diálogo abierto.
La experiencia de adaptarse a una nueva cultura puede ser muy formativa, ya que necesariamente redunda en el desarrollo de la versatilidad y resiliencia propia, así como en la confianza en uno mismo de poder superar obstáculos. Asimismo, más y más nuestros trabajos requieren interactuar con otras culturas, especialmente en aquellas organizaciones que trabajan internacionalmente, y esta experiencia ayudará a desarrollar la flexibilidad y el tacto de manejarse hábilmente en la interacción con las mismas. Para aquellos que luego vuelven a trabajar a sus jurisdicciones de origen, volverán con un bagaje de experiencias y conocimientos que seguramente enriquecerá las organizaciones a las que vuelvan y equipos que lideren.
Conclusión
En síntesis, cruzar fronteras durante el desarrollo profesional trae aparejados ciertos desafíos que pueden superarse más fácilmente, y ciertas oportunidades que pueden potenciarse, en ambos casos, en el debido entorno. Para ello, tener una estrategia y ser proactivos en trabajar los puntos débiles y enaltecer las fortalezas, permitirá maximizar los beneficios de la experiencia. El recorrido de cada uno es personal, y en mi caso todavía está en proceso, pero aquí compartí algunas enseñanzas aprendidas hasta el momento. La moraleja para mi es que lo importante es ser conscientes de que provenir del exterior – así como cualquier otro factor de diversidad – es un activo y es importante, principalmente, valorarlo como tal uno mismo y, a su vez, encontrar y elegir organizaciones y líderes así que lo valoren.