LA VOZ FEMENINA EN LA SENDA JURÍDICA
I. Introducción.
En 1890 yo no podría ser abogada, mucho menos líder, mucho menos mujer.
Hace 100 años sería impensable escribir una nota, un manuscrito o si quiera un artículo sin un pseudónimo que ocultara mi feminidad, pues qué mujer podría en ese entonces ser capaz de escribir con tal elocuencia y raciocinio.
Los desafíos en el camino a la mujer jurista han sido duros e inhóspitos, pero ese precisamente es uno de los motivos por los que hoy ser mujer ya no es opuesto a ser líder, sino por el contrario, ser líder y ser mujer ya no es un privilegio fortuito, sino una declaración de nuestra independencia, de libertad y del sonido de nuestras voces y de las de aquellas mujeres que labraron el camino de la voz femenina en la senda jurídica.
Como olvidar a Maria Asunción Sandoval Zarco y su lucha incansable por convertirse en la primera mujer abogada en México, ¿sabrá el impacto que tuvo en todas las demás generaciones de mujeres que tuvieron el sueño de ser juristas y que hoy lo somos gracias a los retos que enfrentó?
Imposible no mencionar a Ruth Bader Ginsburg y su paso como la segunda mujer Juez que pisó la Suprema Corte de los Estados Unidos Americanos, ícono de los derechos de la mujer, quien no vaciló cuando fue rechazada en múltiples ocasiones al intentar conseguir un empleo después de graduarse de Harvard y Columbia, por el solo hecho de ser mujer y que dedicó su vida a la lucha por la igualdad.
Así, podemos ver una brecha directa en el camino que hemos recorrido como mujeres no solo para hacernos presentes en la abogacía, sino para ser lideres en nuestro ramo, precursoras que han logrado abrirse paso, pioneras capaces de lograr cambios significativos en nuestro entorno, lo que nos lleva afirmar: si podemos cambiar al mundo, podemos cambiar al derecho, podemos guiar y dirigir con vigor y determinación como verdaderas juristas.
II. Desafíos en el rol de líder para las mujeres
El liderazgo femenino en la abogacía ha avanzado significativamente. En México, más mujeres ocupan puestos clave en despachos, organismos públicos y tribunales, impulsando cambios en la profesión legal. Sin embargo, aún existen retos para consolidar una equidad real en el ámbito jurídico.
Históricamente, el Derecho fue dominado por hombres, pero la presencia femenina ha crecido exponencialmente. En 2022, el 57% de estudiantes de derecho en México fueron mujeres. En 2024, la Secretaría de Economía reportó que el 42.1% de la población ocupada en la abogacía son mujeres.
En el sector público, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha sido integrado mayoritariamente por Ministras, simbolizando la consolidación de la independencia judicial. La Comisión Federal de Competencia Económica ha sido liderada por mujeres desde su creación, y el Tribunal de Justicia Administrativa y Anticorrupción de Quintana Roo está conformado por cinco Magistradas.
Cada vez más mujeres influyen en leyes y políticas públicas. Instituciones como la SCJN, el Tribunal Electoral y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos han visto un crecimiento en el liderazgo femenino en la toma de decisiones jurídicas.
En el sector privado, diversas firmas han adoptado políticas de equidad de género, permitiendo que más mujeres asciendan a posiciones directivas. Organizaciones como Abogadas MX han sido clave en mentorías y redes de apoyo.
Los avances no solo se reflejan en cifras, sino en cambios en la profesión. Aunque el porcentaje de mujeres en roles directivos ha aumentado, el ascenso a la alta dirección sigue siendo un reto.
III. Retos en la Consolidación del Liderazgo Femenino
A pesar de los logros, las abogadas enfrentan desafíos que limitan su desarrollo profesional:
- Brecha en el Acceso a la Alta Dirección: Aunque las mujeres representan el 42.1% de la abogacía, su presencia en puestos decisorios sigue siendo baja debido a barreras estructurales.
- Doble Jornada y Conciliación Laboral: La cultura de largas jornadas y la falta de flexibilidad dificultan que muchas mujeres asuman roles de liderazgo, especialmente aquellas con responsabilidades familiares.
- Sesgos y Estereotipos de Género: Persisten prejuicios que cuestionan la capacidad de liderazgo de las mujeres, afectando evaluaciones de desempeño y limitando oportunidades de promoción.
IV. Desafíos a Futuro
Para fortalecer el liderazgo femenino en la abogacía, es fundamental implementar estrategias como:
- Políticas de Inclusión y Diversidad: Procesos de selección y promoción transparentes en instituciones públicas y privadas.
- Redes de Apoyo Profesional: Espacios para compartir experiencias, mentoría y generar oportunidades de crecimiento.
- Sensibilización y Educación: Programas de capacitación para combatir sesgos inconscientes y fomentar una cultura organizacional inclusiva.
V. Conclusión:
Las mujeres, hemos caminado sobre senderos trazados con valentía, donde cada paso de las grandes juristas que nos abrieron paso ha sido raíz y flor de un porvenir más justo, su legado es faro y semilla, un eco de lucha que resuena en cada abogada que alza la voz con firmeza y mando por el derecho y la equidad.
Aunque el horizonte jurídico aún guarda desafíos por venir, tenemos el deber de seguir tejiendo con tenacidad y perseverancia un camino más amplio y luminoso, donde el liderazgo de las mujeres en el derecho no sea excepción, sino esencia.
*El contenido de este artículo es publicado bajo la responsabilidad de sus autoras y no necesariamente refleja la posición de Abogadas MX.
Referencias:
Abogados: Salarios, diversidad, industrias e informalidad laboral | Data México
La primera abogada, Sarmiza Bilcescu (1867-1935)
