¿Qué es el Genderwashing? y cómo evitarlo
El término genderwashing busca definir aquellas prácticas especialmente de marketing que realizan las empresas con las que ostentan, como empresas que promueven la igualdad y equidad de género sin que estas prácticas estén debidamente sustentadas internamente con políticas, lineamientos o bien como parte de la cultura corporativa de las mismas, con el fin de atraer o conservar a sus clientes y talento. Lo anterior, derivado de que existe una fuerte tendencia por parte de los consumidores y posibles colaboradores para contratar y colaborar con empresas que cumplan con ciertos parámetros de integración de estrategias y principios sociales, ambientales y de gobernanza. El presente artículo estará enfocado y limitado a la problemática laboral existente con la discriminación de género enfocada en este caso a las mujeres.
La principal forma de evitar y mitigar riesgos relacionados con “genderwashing” es crear un verdadero ecosistema de normas, políticas y lineamientos que además de regular este tema cuenten con mecanismos claros que puedan ser aplicados y de igual forma medidos a efecto de determinar los ajustes, actualizaciones y mejoras que sean necesarios para que dicho ecosistema sea aplicado de manera exitosa.
Cabe señalar que las prácticas de “genderwashing” conllevan un riesgo económico también, ya que las empresas que las realicen pueden verse afectadas por el riesgo reputacional que implica realizar declaraciones falsas o incorrectas con el público en general, además del riesgo operativo y legal que tienen de no contar con sistemas claros y aplicables de sus políticas, códigos y procesos frente a sus empleados.
Por otro lado, a efecto de contar con principios de igualdad y equidad de género que sean exitosos y que las empresas puedan utilizar como verdaderos diferenciadores en el mercado, las prácticas laborales en pro de la mujer deben comenzar desde el momento en que se busca atraer y contratar talento, y durante toda su vida profesional dentro de la empresa. Muchos empleadores realizan actividades tendientes a la igualdad de género, pero no analizan en el interior de su empresa la problemática actual y consecuencias en el desarrollo profesional de la mujer en el centro de trabajo. Aun cuando en la actualidad la mayoría de las empresas en México cuentan con políticas en cuestión de diversidad de género e inclusión, según los datos publicados por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, las mujeres mexicanas ganan aproximadamente un 14.6% menos que sus pares por el mismo trabajo. Adicionalmente en México se estima que alrededor de 1.4 millones de mujeres sufren de hostigamiento y acoso sexual laboral.
El problema no se soluciona únicamente con crear políticas que impulsen el desarrollo profesional femenino, sino que es necesario contar con mecanismos de aplicación, así como crear una consciencia a nivel institucional de la necesidad del cambio en la cultura laboral y la forma en que se han abordado estos temas en el pasado. En muchos casos se realizan esfuerzos parciales como promociones a mujeres, con la creencia de que se está motivando el talento y desarrollo femenino, lo cual, no ataca el problema de raíz y podría considerarse como una práctica de genderwashing considerando que estos esfuerzos aislados son insuficientes para considerarse como una empresa incluyente.
A continuación, se proponen de manera general una serie de buenas prácticas que de manera enunciativa más no limitativa ayudarán a evitar el genderwashing en el centro de trabajo.
1.- Analizar la problemática real de la empresa. El primer paso es realizar un autoanálisis objetivo para determinar el estado actual y por consiguiente desarrollar un plan de implementación acorde.
2.- Crear un plan de trabajo a corto, mediano y largo plazo para solucionar las problemáticas reales en la empresa, cómo se implementará y cómo se medirán resultados. Para este paso, es también recomendable buscar asesoría de empresas externas expertas en el tema.
3.- Crear programas de liderazgo, mentoría y apoyo a las mujeres, así como minorías existentes en la empresa. Adicionalmente es necesario realizar políticas que sean realmente aplicables en el lugar de trabajo.
4.- Contar con una política de cero tolerancias en el hostigamiento y acoso sexual laboral. Evitar la manipulación por el uso de convenios de confidencialidad, ya que buscan cuidar la reputación de la empresa y no atiende a la persona que sufrió el acoso.
5.- Incluir representación femenina en organismos de toma de decisiones, como lo son los consejos de administración y comités.
6.- Entrevistar, contratar y promover mujeres. Esto puede llevarse a cabo mediante el incremento de candidatas femeninas, la eliminación de nombres en curriculums, hojas de evaluación y promoción.
7.- Educar al personal con respecto a temas de diversidad, discriminación e inclusión. Crear programas de inclusión social.
8.- Revisar los esquemas de distribución de trabajo, “evaluar a los evaluadores”. Lo anterior permitirá evitar sesgos de ciertas personas en cuestión de distribución de tareas y evaluación y promoción de talento.
9.- Contar con esquemas de trabajo flexibles, que beneficien tanto a hombres como a mujeres.
10.- Transparencia y claridad en tema de brecha salarial. Análisis reales sobre la diferencia de sueldos y comunicación con los y las empleadas.
11. No limitar únicamente la cuestión de género a mujeres, incluir a hombres y otros grupos. Explicar cómo implementar prácticas en pro del género, no sólo benefician al género femenino, sino también al masculino.
Educar a los y las empleadas para ver los beneficios reales de una equidad de género en el lugar de trabajo.
*Este artículo es publicado bajo la responsabilidad exclusiva de su autor(a) y no necesariamente refleja la posición de Abogadas MX.
Referencias:
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En México, 1.4 millones de mujeres padecen hostigamiento y acoso sexual en el trabajo, B. No. 3718 (2017, June 9). Diputada propone reformar la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, a fin de prevenir estas conductas; Espacios laborales son el tercer ámbito donde las mujeres son violentadas en sus derechos humanos: Talavera Hernández. Cámara de Diputados.
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