El Origen No Debería Ser el Destino

En México, el origen pesa más que el esfuerzo. El contexto en el que nace una persona condiciona su destino profesional y económico, es decir, las personas que nacen en hogares en donde los padres no tienen cierta escolaridad o se encuentran dentro de los deciles más bajos en México, difícilmente encontrarán mejores oportunidades que ellos. Dicho en datos duros, 50 de cada 100 personas que nacen en el 20 % más bajo de la distribución económica no logran superarlo en su adultez.
Además, según el estudio de movilidad social 2025 del Centro de Estudios Espinosa Yglesias(1), el origen que determina el destino de cada persona no solo es la casa en la que nace ni la escolaridad de su familia, sino que hay ciertas características tales como: ser mujer, pertenecer a un pueblo originario y el color de piel que tienen un efecto sobre el rumbo del mismo. Estas personas, estadísticamente, enfrentan mayores barreras para acceder a oportunidades, independientemente de su capacidad o esfuerzo.
Según Monroy-Gómez-Franco y Vélez Grajales (2025)(2), la movilidad social se entiende como el hecho de que una persona alcance un nivel de ingreso o un grado educativo mayor o menor que el de sus padres. En específico, la movilidad intergeneracional posicional refiere al cambio en la posición ocupada por una persona respecto a la igualdad de oportunidades que tuvieron sus padres. Por ejemplo, en la dimensión educativa, el acceso al empleo y los ingresos en las sociedades actuales depende en gran medida del nivel de escolaridad. Por ello, el estudio examina la relación entre el nivel educativo de los padres y el de sus hijos, para identificar hasta qué punto la trayectoria educativa está determinada por factores ajenos a su control.
El estudio muestra que el 9 % de las personas con padres que solo cursaron primaria logra acceder a educación profesional, frente al 63 % de quienes provienen de hogares con estudios universitarios. En México, según el INEGI, solo el 22 % de la población de 25 a 64 años cuenta con estudios superiores. Esta desigualdad se profundiza con el género, ya que las mujeres enfrentan mayores obstáculos para superar la escolaridad familiar. Esto confirma un alto grado de asociación entre la educación de padres e hijos, lo que influye en las ventajas y desventajas entre generaciones.
El objetivo de este artículo es preguntarnos qué pasa cuando una persona cuyos padres solo fueron a la primaria logra, por ejemplo, estudiar la carrera de derecho. ¿A qué retos se enfrentaría esta persona cuando busque trabajo?
Si nuestro protagonista lograra estudiar una carrera universitaria y aspirara a trabajar en un despacho de abogados transnacional o internacional, por ejemplo, uno de los primeros retos que enfrentaría sería el dominio del inglés. En el Censo de Población y Vivienda 2020, aproximadamente el 18.7 % de la población mayor de 5 años declaró hablar inglés en distintos niveles. No obstante, estudios especializados como los del IMCO y Pearson estiman que solo el 5 % de la población mexicana tiene un dominio suficiente para comunicarse en inglés(3).
Además, probablemente necesitaría un automóvil, un lujo que solo el 35% de los hogares mexicanos posee. Este porcentaje se reduce aún más si consideramos que el automóvil suele ser utilizado por la cabeza de familia, no por los hijos. En este ejemplo minimalista, sin considerar otros elementos como si la persona es mujer o racializada, el protagonista ya se enfrentó a dos obstáculos que van mucho más allá de su capacidad, inteligencia y ganas de ser abogado. Lo rebasan.
Según datos del INEGI y DataMéxico (Secretaría de Economía), en el tercer trimestre de 2024 el salario promedio mensual fue de MXN$6,260.00. Un pasante, en nuestros tiempos ganaba el doble. Tener acceso a un trabajo en esta parte del sector legal es, sin duda, una opción de movilidad social para muchos estudiantes de derecho en el país. La pregunta es, entonces, ¿qué podemos hacer, como comunidad legal, para tener un impacto positivo en el desarrollo de nuestro país?
La desigualdad de oportunidades ocurre cuando las condiciones de origen, fuera del control de una persona, influyen en su vida económica, educativa o de salud. Estas circunstancias limitan las opciones para el futuro. Idealmente, si dos personas se esfuerzan igual, deberían obtener resultados similares en ingresos, educación o salud. Si esto no sucede, es por la desigualdad de oportunidades. Esta disparidad muestra cuánto afectan las diferencias en las recompensas para quienes se esforzaron de la misma manera. Una estudiante puede trabajar incansablemente por su futuro, pero enfrentará muchas barreras en el camino.
Esto, desde nuestra óptica, refleja dos cualidades cardinales: resiliencia y dirección. Creemos fervientemente que, si alguien logra sobresalir a despecho de todas las condiciones adversas, esa persona merece el apoyo irrestricto de las instituciones, como los despachos en los que muchos de nosotros trabajamos, para ayudar a romper las duras barreras de la movilidad social.
No tenemos la solución, pero la oportunidad es manifiesta. Ya pusimos el ojo; ahora toca a la comunidad legal lanzar la flecha. Lo que sí no podemos permitir es que, si en México se hereda la riqueza, también se herede la pobreza.
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*El contenido de este artículo es publicado bajo la responsabilidad de sus autoras y no necesariamente refleja la posición de Abogadas MX.
Referencias:
(1) Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). (2025). Informe de movilidad social en México 2025. Ciudad de México: CEEY. Disponible en https://ceey.org.mx/informe-de-movilidad-social-en-mexico-2025
(2) Ídem.
(3) El Financiero. (2022, 28 de diciembre). En México, solo 5% de la población habla inglés: IMCO. Recuperado de https://www.elfinanciero.com.mx/economia/en-mexico-solo-de-la-poblacion-habla-ingles-imco