En algún punto en sus carreras, muchas abogadas latinoamericanas buscan ganar experiencia profesional en un país distinto al propio. Las opciones más obvias para esa experiencia siempre parecen ser los Estados Unidos, España o Inglaterra. Cuando amigas abogadas me preguntan a dónde les recomendaría ir para su experiencia en el extranjero, les pregunto: ¿has considerado México? ¿Colombia? ¿Brasil?.
En el 2021, mientras trabajaba para la oficina de Cleary Gottlieb en Nueva York, me llegó la noticia que, por segundo año consecutivo, no me habían escogido en la lotería de la visa de trabajo H1B. Sin más opciones migratorias, y queriendo seguir trabajado en Cleary, fue claro que tendría que mudarme a alguna de las muchas oficinas de Cleary en el mundo. Por mis habilidades lingüísticas, mis opciones eran: Londres, Paris o Buenos Aires. Elegí Buenos Aires.
La experiencia de haber vivido y trabajado en Argentina ha sido, a nivel profesional, una de las más atractivas en mi currículum, y, a nivel personal, unas de las más valiosas. Les comparto algunas razones por las cuales les recomendaría aventarse a escoger otro país latinoamericano para su experiencia laboral en el extranjero.
Expandir Contactos en la Región
Una de las razones principales por las cuales profesionales deciden trabajar en una jurisdicción diferente es para expandir sus contactos. Es la mejor manera para conocer a otros abogados y abogadas que trabajen en temas parecidos en otras partes del mundo. Trabajando en los Estados Unidos o en Europa, una abogada extranjera puede llegar a conocer eminencias mundiales en materias legales de interés, y generar contactos que le servirán por el resto de su carrera. En otros países latinoamericanos también puede armar conexiones parecidas, con el beneficio adicional que esos contactos ejercen en la misma región y podrían generar oportunidades de negocio aún más evidentes.
Incluso desde Estados Unidos o Europa, muchas abogadas latinoamericanas deciden continuar trabajando con clientes basados o interesados en Latinoamérica, y después de uno o varios años en el extranjero, muchas deciden regresar a su país de origen. Al escoger otro país latinoamericano como destino profesional, abogadas latinoamericanas pueden expandir su práctica en la región, formando lazos con estudios legales locales y conociendo a potenciales clientes interesados en continuar sus inversiones en Latinoamérica. Si deciden regresar a su país, lo harán con un repertorio de contactos directamente relacionados a su practica en la región.
En el mundo actual, más y más casos en Latinoamérica involucran más de una jurisdicción, tanto en el área transaccional como en el área de litigio y arbitraje internacional. Un inversionista puede estar interesado en adquirir bienes en países vecinos, una compañía local puede estar buscando un socio extranjero que haya tenido éxito en un proyecto parecido en su país, y un conflicto legal puede involucrar partes de diferentes nacionalidades con el tribunal de competencia basado en un país tercero. Abogadas que tengan experiencia y contactos en más de una jurisdicción Latinoamericana tendrán la ventaja de estar más familiarizadas con las personas al otro lado de la mesa y tener recomendaciones de despachos locales, proporcionándoles de esa manera un servicio más completo a sus clientes.
Ampliar Conocimiento de Derecho en Latinoamérica
Como todas lo sabemos, para ser abogada licenciada en otro país, se debe estudiar extensamente el derecho de ese país y tomar los exámenes correspondientes. Sin embargo, al trabajar como abogada extranjera en ese país, aunque sea por un tiempo limitado, también se aprenden características importantes del derecho local que podrían ser útiles en el futuro. Por ejemplo, conocer a grandes rasgos cómo funciona el régimen de defensa de la competencia panameño resultará útil si un cliente mexicano necesita vender sus operaciones en Panamá. Y tener una idea de los tiempos que manejan los tribunales brasileros sería información que podría ayudar a un cliente chileno que está considerando si comenzar un proceso legal contra distribuidores brasileros en Brasil. En particular, tener conocimiento general del derecho de otros países relevantes resultará útil para clientes en las etapas de planeación y estrategia, que buscan de sus abogadas recomendaciones holísticas que tomen en cuenta el mayor alcance de consideraciones posible.
Aprender del derecho de otros países latinos también podría ayudar a una abogada latinoamericana a entender mejor el derecho de su propio país. Muchas veces en Latinoamérica, ciertas leyes nacen de los mismos principios históricos del derecho civil, o son directamente inspiradas en leyes modernas de países vecinos. Lograr comparar leyes análogas puede resultar en descubrimientos interesantes—ya sea por sus similitudes o sus diferencias. Esto, a su vez, podría ayudar a abogadas curiosas a abrir la mente a diferentes posibilidades e inspirarse a encontrar soluciones creativas a problemas legales en su país de origen. Por otro lado, comprar las leyes de un país latinoamericano a las leyes de un país con common law podría no brindar los mismos frutos dado el nivel de diferencia entre un sistema y el otro.
Crecer tu Identidad Latinoamericana
Yo estoy muy orgullosa que mis amigas abogadas argentinas me consideren “mitad argentina” y me inviten a sus asados en Nueva York. A nivel profesional, cada vez que alguno de mis casos involucra Argentina, mis equipos y clientes me consideran “mitad local”, y confían en mi juicio aún más que si solo me viesen como ecuatoriana o abogada americana. En un mundo en el cual casos y negocios en Latinoamérica muchas veces no se limitan a solo una jurisdicción, tener experiencia en más de un país en la región es invaluable. Un cliente con un caso que involucre dos países latinos siempre preferirá contar con una abogada que tenga experiencia en ambos.
Al mismo tiempo, paradójicamente, haberme enfocado en otro país latinoamericano ha hecho que mi práctica profesional no se enfoque en ningún país latinoamericano en específico. Haber tenido experiencia en el Cono Sur me ha ayudado a no estar limitada a solo casos que involucren Ecuador o la región andina, y a ser más bien considerada una abogada realmente latinoamericana. Esta característica y reputación es muy valiosa para una abogada latinoamericana que quiere expandir su portafolio de clientes y tipos de casos para los cuales es considerada.
Aprender un Nuevo Idioma
Otra de las razones principales por las cuales abogadas latinoamericanas deciden trabajar en una jurisdicción diferente es para mejorar sus habilidades en otro idioma—particularmente en el ámbito profesional y legal. Aunque muchas abogadas optan por priorizar el inglés, otro idioma importante para aprender es el portugués. Si el objetivo de una abogada es crecer su práctica en Latinoamérica, poder trabajar en portugués es una habilidad increíblemente valiosa. Muchas abogadas hispanohablantes podemos hablar y entender el portuñol, pero realmente dominar el portugués marca la diferencia, particularmente con clientes y contrapartes brasileras.
Incluso entre países hispanohablantes, conocer el “dialecto” de otros países y las diferencias sutiles de los términos legales que cada uno usa presta una ventaja importante. Cuando comencé a trabajar con latinoamericanos, me tomó bastante esfuerzo (y confusiones vergonzosas) entender las diferencias en diferentes países entre, por ejemplo, una prenda, una fianza, una garantía y un aval. Cuando logré dominar estos términos, sentí la diferencia en mi relación con mi cliente y su despacho local. Como lo sabemos todas aquellas que hemos vivido en más de un país latinoamericano, no todos los países latinos son iguales, y poder identificar esas diferencias y adaptar el lenguaje que usamos a las personas con las que hablamos es una habilidad que no muchos tienen. En años recientes en los Estados Unidos se admira mucho la habilidad de cross-cultural communication. Poder comunicarse de manera natural y efectiva interculturalmente con alguien de otro país latinoamericano es igual de importante—muchas veces, aún más importante y necesario—que poder comunicarse con alguien de otro continente.
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El prejuicio erróneo que lleva a muchos a pensar que las personas o industrias de países tradicionalmente considerados “de primer mundo” son superiores desafortunadamente también influye a muchas profesionales al momento de decidir dónde buscar experiencia laboral. En lugar de limitarse a países al otro lado del océano o al norte de México, las invito a mirar también más cerca y considerar a sus países hermanos para su siguiente destino profesional.
Acerca de la autora:
Kiki Manzur es asociada en Cleary Gottlieb, basada en la oficina de Nueva York. Su práctica se centra en transacciones corporativas y financieras transfronterizas, con énfasis en Latinoamérica. Entre el 2021 y 2022, Kiki trabajó desde la oficina de Cleary Gottlieb en Buenos Aires.
*Este artículo es publicado bajo la responsabilidad exclusiva de su autora y no necesariamente refleja la posición de Abogadas MX.